Un nuevo estudio está revolucionando la concepción actual de los textos bíblicos. Investigadores han descubierto que muchos de los famosos rollos de Qumrán son significativamente más antiguos de lo que se creía.
Sin embargo, debido a que la cronología exacta de los manuscritos es controvertida y presenta lagunas de varios cientos de años, investigadores dirigidos por Mladen Popovic, del Instituto Qumrán de la Universidad de Groningen (Países Bajos), han llevado a cabo una nueva datación. Combinaron la datación por radiocarbono clásica con una inteligencia artificial (IA) especialmente desarrollada.
"Pero es esencial determinar la cronología precisa de estos manuscritos", explica Popovic. Solo así podremos comprender cómo se entrelazan las ideas teológicas y los desarrollos históricos en el judaísmo y el cristianismo primitivos .
Para subsanar estas lagunas cronológicas, el equipo de investigación desarrolló un enfoque en dos etapas. Primero, se dataron por radiocarbono 30 muestras de manuscritos de Qumrán, Masada y otras cuevas mediante espectrometría de masas con acelerador. Los resultados fueron sorprendentes: la mayoría de estos textos son más antiguos de lo que se creía, algunos considerablemente más antiguos.
Particularmente llamativo es el fragmento 4Q114, que contiene un pasaje del libro bíblico de Daniel. Anteriormente, este texto se había datado alrededor del año 160 a. C., pero una nueva datación por radiocarbono sugiere que fue creado hasta 70 años antes.
Esto data este manuscrito en la misma época en que probablemente se escribió la parte final del Libro de Daniel.
En el segundo paso, los científicos desarrollaron el sistema de IA Enoch, llamado así por el héroe judío de la ciencia de textos antiguos. Se entrenó con muestras datadas por radiocarbono y aprendió a vincular las características geométricas de la escritura (como ángulos, curvas y formas de letras) con períodos de tiempo específicos. Posteriormente, el equipo aplicó la IA a 135 fragmentos sin datar previamente.
El resultado: Enoch pudo proporcionar estimaciones de la antigüedad de los 135 textos con una desviación promedio de tan solo unos 30 años. Y aquí también se confirmó que muchos manuscritos son más antiguos de lo que se creía.
Un ejemplo destacado es el fragmento 4Q109, una copia del Libro de Eclesiastés. Aunque los expertos han sospechado desde hace tiempo que este libro del Antiguo Testamento fue escrito en el siglo III a. C., hasta ahora no se ha encontrado evidencia textual de este período. Enoc data el fragmento con precisión en este período.
Por un lado, la nueva datación proporciona nuevas pistas sobre cuándo se crearon los textos religiosos centrales y, por otro, también cuestiona las suposiciones establecidas sobre el desarrollo de la escritura hebrea.
Por ejemplo, los resultados muestran que las denominadas variantes de escritura asmonea y herodiana se desarrollaron antes y se superponen cronológicamente más de lo que se suponía. En general, esto apunta a una historia de la escritura más compleja en la antigua Judea, que ahora necesita ser reescrita.
La combinación de la datación física y el análisis de escritura a mano con apoyo de IA podría ser revolucionaria en el futuro estudio de textos antiguos. Enoch permite cuantificar las interpretaciones paleográficas subjetivas, un hito para la investigación histórica.
Popović, M., Dhali, M. A., Schomaker, L., van der Plicht, J., Lund Rasmussen, K., et al. (2025): Dating ancient manuscripts using radiocarbon and AI-based writing style analysis. PLOS ONE, 20, 6. e0323185.